El candidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, ha designado como coordinador departamental de su campaña en Islas de la Bahía a Ron McNab, exdiputado, actual alcalde de Roatán y miembro de una de las familias más acaudaladas y políticamente influyentes del archipiélago.
Pero el nombramiento de McNab no llega solo. Nasralla ha prometido mantener vigente el régimen de exoneraciones fiscales conocido como Zona Libre Turística de Islas de la Bahía (ZOLITUR), un sistema que beneficia directamente a McNab y su multimillonaria familia, y que sería derogado si se aprueba la Ley de Justicia Tributaria promovida por el actual gobierno.
Un privilegio fiscal en el ojo del huracán
El régimen de ZOLITUR ha sido objeto de serios cuestionamientos desde hace años. En septiembre de 2023, el entonces director del Servicio de Administración de Rentas (SAR), Marlon Ochoa, presentó una serie de denuncias ante el Ministerio Público que revelan una preocupante práctica: el Congreso Nacional, en legislaturas anteriores, funcionó como un despacho acelerado de beneficios fiscales para un pequeño grupo de empresarios con poder político y económico.
En una de las denuncias, Ochoa expuso cómo un empresario y exdiputado del Congreso Nacional, incurrió en diversos delitos al promover un decreto contentivo de beneficios fiscales para sus empresas en el régimen de Zona Libre Turística deIslas de la Bahía (ZOLITUR), por más de 450 millones de lempiras.
Aunque en ese momento no se reveló públicamente el nombre, nuestras investigaciones permitieron identificar al exdiputado implicado: Ron McNab.
En octubre de 2021, siendo diputado, McNab impulsó un decreto legislativo para extender por 15 años los beneficios fiscales de ZOLITUR. La medida fue aprobada con celeridad por diputados nacionalistas y liberales, en una sesión virtual que omitió deliberadamente los debates reglamentarios.
La iniciativa, lejos de ser un acto de política pública en beneficio del desarrollo nacional, terminó favoreciendo directamente a empresas propiedad del propio McNab, entre ellas Safeway Maritime Transportation Company, operadora del ferry Galaxy Wave.

La compañía, que conecta Roatán con La Ceiba, fue fundada por John McNab (padre del actual alcalde), junto a Danny McNab y Jerry Hynds —este último, exalcalde de Roatán capturado en 2021 por presuntamente escoltar un camión cisterna cargado de droga, aunque luego fue liberado.
Según la denuncia presentada por Ochoa, la ampliación de ZOLITUR bajo ese decreto significó una pérdida de 450 millones de lempiras para el Estado, recursos que pudieron haberse destinado a salud, educación o infraestructura, pero que terminaron blindando el capital de una élite insular.
Un emporio familiar con tentáculos políticos
La familia McNab no solo es poderosa en términos empresariales, sino también en lo político. Su influencia se extiende a múltiples esferas. Un primo de Ron, Kerry Evans McNab, fue nombrado director de ZOLITUR en 2015, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en 2021. Desde esa posición estratégica, habría favorecido también los intereses familiares con medidas administrativas e institucionales.
El poder de los McNab se consolida también a través de la Cámara de Comercio e Industrias de Islas de la Bahía, donde ostentan cuatro de los diez cargos directivos: Cameron McNab (presidente), Jennifer McNab (secretaria), Diangelo McNab (prosecretario) y Duane McNab (fiscal suplente).
Desde esa trinchera, la familia ha encabezado una dura oposición a la Ley de Justicia Tributaria, que busca desmontar los regímenes de exoneración que han favorecido a sectores privilegiados durante décadas.

En una entrevista reciente, Cameron McNab declaró que la eliminación de ZOLITUR sería catastrófica para la economía de la isla.
“Es el pulmón del crecimiento de Roatán”, afirmó, añadiendo que los empresarios “seguirán peleando” por conservar ese régimen fiscal, advirtiendo que de lo contrario, la inversión privada podría desaparecer.
Lo que no mencionó es que ese “pulmón” oxigena solo a unos cuantos, mientras el resto de la población sigue esperando un respiro.
Nasralla y la narrativa del cambio… ¿para quién?
El giro de Salvador Nasralla no es menor. Se trata de un político que durante años basó su discurso en la lucha contra la corrupción, el clientelismo y el abuso de poder. Hoy, sin embargo, no solo hace pactos con quienes encarnan justamente esos privilegios, sino que les promete mantenerlos intactos.
La incoherencia es difícil de ignorar: el mismo candidato que denuncia los pactos oscuros, hoy entrega su estructura política en Islas de la Bahía a una familia que representa el poder económico local más concentrado, beneficiado históricamente por tratos especiales desde el Estado.
Detrás del discurso de “cambio”, parece estar la misma lógica de siempre: alianzas con clanes que aseguran financiamiento, movilización territorial y control local, aunque eso implique renunciar a principios fundamentales. ¿Cuánto más está dispuesto a ceder Nasralla con tal de sumar votos?