El consejero del CNE, Marlon Ochoa, ha lanzado una propuesta que pone en una situación incómoda a la consejera presidenta, Cossette López.

En un documento oficial compartido en su cuenta de X, Ochoa propuso que todas las sesiones y reuniones del pleno sean transmitidas en vivo.

Esta medida busca permitir que el pueblo hondureño audite el avance del cronograma electoral y de esa manera frenar lo que Ochoa califica como “mentiras, excusas y tácticas dilatorias” de López, quien ha sido señalada repetidamente por su manejo opaco e ineficiente del organismo.

La iniciativa de Ochoa no podría ser más oportuna. El CNE, bajo el liderazgo de López, ha sido duramente criticado por su incapacidad para garantizar procesos electorales confiables.

Las elecciones primarias del 9 de marzo de 2025 fueron un desastre logístico: retrasos de más de nueve horas en la entrega de urnas, maletas electorales transportadas sin custodia adecuada en buses de ruta y una falta generalizada de personal en los centros de votación.

Estos hechos, que López intentó minimizar con frases vacías como “no buscamos culpables, sino soluciones”, dejaron en evidencia su falta de preparación y liderazgo.

Mientras el pueblo hondureño esperaba en largas filas, la presidenta del CNE se limitó a justificar el caos, culpando a terceros y evadiendo su responsabilidad como máxima autoridad del organismo.

Pero los problemas no terminan ahí. En abril de 2025, López tuvo el descaro de insinuar que las elecciones generales del 30 de noviembre podrían no realizarse, una declaración que desató la indignación de Marlon Ochoa y del coordinador del Partido Libre, Manuel Zelaya, quienes le recordaron que los comicios son innegociables.

La relación entre López y Ochoa, por su parte, ha alcanzado niveles insostenibles. López ha acusado a Ochoa de hostigamiento y faltas de respeto, llegando incluso a anunciar acciones legales.

Sin embargo, López ha sido señalada por sus detractores de preferir el victimismo a la rendición de cuentas, utilizando supuestas “agresiones” como excusa para evitar responder a las críticas legítimas sobre su gestión.

La propuesta de Ochoa pone a López en una encrucijada. Aceptar las transmisiones en vivo significaría someter su gestión al escrutinio público, algo que, dado su historial, probablemente quiera evitar a toda costa. Rechazarla, por otro lado, solo confirmaría las sospechas de que tiene algo que ocultar.

Mientras tanto, el panorama electoral sigue tomando forma, con Rixi Moncada liderando con un 44.6% una encuesta recientemente publicada por TReseach, seguida por Salvador Nasralla con un 28.1% y Nasry Asfura con un 22.3%.

Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, la presión sobre el CNE es inmensa, y la incapacidad de López para liderar con transparencia podría tener consecuencias devastadoras para la democracia hondureña.

La pregunta sigue en el aire: ¿Aceptará Cossette López la propuesta de Marlon Ochoa, o seguirá escondiéndose detrás de excusas y acusaciones para evadir la transparencia que el pueblo exige?